viernes, 25 de marzo de 2011

jueves, 24 de marzo de 2011

Cruz de Caravaca



Mi intuición se perdió. Se que la quise perder. No quiero entender la mente de otro organismo. No quiero estar aquí. Dentro su deseo. Una y Otra vez. Sus organos genitales femeninos se rozan cada vez más y con más fuerza contra mi pene erecto. Su miedo interno da forma al vacío de mis alucinaciones. Una Cruz de Caravaca blanca con tonos rosas sobre una manta de Terciopelo Azul aparece en mi mente al sonido de sus gemidos. Sin sensación de cuerpo. Sin Lugar. Me pierdo en ella donde todo se descompone en cifras. Mis números me llevan a retornar a la inocencia. Vuelvo a ver como se construye la realidad en cada uno de sus puntos de fuga. Me excitan sus dos piernas grandes como columnas donde penetro en un cielo de código libre. Soy un hermoso viaje en ella. Sabiendo en que vector estabas. Encontrando la noche pobre y enferma de luz.



Me repito: la realidad no nos ha engañado. Solo es la sabiduría que hemos recibido lo que nos hace entender lo que significamos.

No quiero estar aquí. Otro cibernauta teclea nervioso. Su única posibilidad un Publiclick. Otra variable: Eva sin Red. No quiero estar sin avatar. Los dos queremos estar, esa es nuestra intuición.





Ando por las ramblas de la Alameda de San Antón en la sucia, puerca y esteril ciudad de  Cartagena. Sólo mirando lós cólores de cada uno de los graffitis. reconociendo cada una de las crews; La Vieja Magra, La Zona Norte Posse, Kraser 3, K20...

NOEND

sábado, 12 de marzo de 2011

NO 01 END:--- TRANSMISION K1NEMA CODE



Regeneración de base datos en nueva gama de ordenadores biomoleculares hechos de ADN y otras moléculas biológicas. En una “Joint venture” con el Laboratorio de Ehud Shapiro en el Instituto Weizzmnan hemos logrado dispositivos microscópicos de computación más fáciles de utilizar para los usuarios incluso en la ejecución de cálculos complejos o en la respuesta a complicadas tareas.

MT=Buscar+VG;DCSBXZ0%C2%B4;tp://auto.search.msn.com/response.asp%3FMT%3dBuscar%2BqAD0XZ

lunes, 7 de marzo de 2011

Time Code 00:00:06 Believe in U.



Viernes 13. 1997 Mayo. Madrid

Es el maravillas, una sala de música alternativa, en San Vicente Ferrer Nº33. Un local pequeño en el según dicen estuvo meando, en la pista de baile, el cantante de los Stone Roses, un tal Ian brown, durante una descomunal borrachera después de su primer concierto en Madrid. En el que por supuesto estuve para darle la mano en el escenario, mientras el grupo tocaba I Wanna Be Adored, y casí abrirme la cabeza tras innumerables pogos contra el suelo de la respetable sala de conciertos La Rivera, ante la mirada estupefacta y avergonzada de mi pareja. Nos acompañaban en aquel concierto Ray Loriga y Cristina Rosenvigne. Había conocido a Ray Loriga, haciéndole una entrevista para la revista de la Universidad Antonio de Nebrija, en una pausa del rodaje de su primera película. En esa charla informal lo único que saque en claro era que todos sus amigos eran cineastas. No lo entendí como un consejo.



Eran las dos de la mañana. El local está vacío, quedamos unos pocos; un par de parejas; el escritor, Carlos Maño y yo apoyados en la barra del fondo; un conocido editor que me estaba intentado levantar a mi novia, África, con un vestido plateado, ceñido y escote palabra de honor. África colaboraba, en aquel momento, con el suplemento cultural de los viernes en periódico EL PAIS: El país de la Tentaciones


El editor halagaba a mi chica, y la invitaba a copas, alardeaba de los contactos que tenía, y que le podía ofrecer. Es interesante pienso mientras le digo a Carlos Maño.- Oye Neng. Vamos dejar que África realice bien su trabajo. Le hago un gesto con el dedo pasándomelo por el hueco de la nariz. Carlos me mira, asiente con la cabeza y nos vamos con buen paso y mejor letra al baño de la sala. El ritual de lo habitual. Atrancamos la puerta, saco la bolsita, pico en la tarjeta. Le digo que saque un turulo a Carlos. Como es un cutre; jode el invento y hace el turulo, con la entrada del local. Hay es donde se nota el poder adquisitivo de un escritor. Me jode por que soy un rayado. Carlos dice.- Muy guapa la presentación de tu corto.- Le respondo.- Un poco mal el sonido de la proyección, pero creo que la gente a respondido bien.- Le pasó dos filas en la cartera que he cortado con mi DNI. Nos pulimos el medio, y por supuesto el nevadito; un cigarro con las sobras de la cocaína, para joderse bien los dientes. El editor golpea la puerta. Abrimos y Carlos con sumisión le prepara otra raya de Farlopa. Carlos no habla, pero el editor se expande, y habla sobre como vive la juventud. Se siente joven con nosotros y eso le hace feliz. Se esta metiendo una tecla, como decimos en Tres Cantos, con Carlos Maño. Todo un honor recito en mi mente. Yo salgo fuera y beso a África. Me baja la coca por la garganta. Todos los que conocemos esa sensación nos encanta. Se nos acerca Mario, del grupo de Itelligent Tech Silvania. La cocaína es de baja calidad, y esta muy mezclada con anfetamina. Esto provoca que hable a toda velocidad. Micky me mira y se rie. África me mira orgullosa. Micky dice.-Bueno César, enhorabuena por el corto. Cuenta con nosotros para lo que quieras. Te dejo. Chao.-. El editor sigue dándole la chapa a Carlos. Uno de los hermanos Maravillas se acerca a mí. Noto que me mira orgulloso. Me da un fajo de billetes por la presentación. Es la primera vez que recibo tanto dinero por un trabajo mío. Sería la primera vez y la ultima. Me da un póster de la presentación para el recuerdo. África ha desaparecido. El editor también. Carlos y su novia se van a cenar. Yo estoy solo. Recibo una llamada al móvil. Andrés Gertrudix me invita a una fiesta en un piso en Plaza España. África no esta en nuestro apartamento. No me preocupa. Me bebo dos copas de Jack Daniels solo seguidas. Estoy muy ebrio. En la fiesta están: Nawja Minri, Daniel Calparsoro, Alex de la Iglesia. Oscar Aibar. Ray loriga y Cristina Rosenvigne. Es la casa de Pere Ponce, y hay una enorme fotografía de Loquillo. Loquillo no era algo de lo que participara a nivel estético. Nunca he escuchado música española. Pero esa foto era genial. Loquillo visto desde un lateral en blanco y Negro, convertido en un perfecto icono del Rockabilly español. En el salón había unos sofás blancos en el que estaban unas niñas pijas, a las que ni me moleste en saludar. Había un magnifica vista de la Gran Vía en la balcón. Te hacía sentir poderoso ante esa visión. Todo a tus pies. Daniel Calparsoro mira la ciudad de Madrid en este lugar. Me acerco a él, con otra copa de Jack Daniels, y hablamos de mi último trabajo Voces Blancas. Estoy impresionado de hablar con él; su opera prima Salto al Vacío, es una de mis películas favoritas españolas de los últimos años. No consigo empatizar con el aunque se muestra amable. Demasiado rudo para mí. Además supongo que lo único que le apetecía era tomar el aire tranquilo. Vuelvo dentro hay una sensación de tedio. Ray Loriga, según dicen los mentideros, ha dejado de beber, por problemas de alcoholismo, y solamente mira. Nawja se pone ha hablar conmigo me dice que me parezco a su hermano que esta México. No se que decirle. Tampoco me resulta amable. Me empiezo a preguntar que hago allí. Me dirijo al cuarto de baño. En el están Alex de Iglesia y Oscar Aibar. Cada vez voy más borracho. Hablo con Alex de Iglesia sobre mi último corto. Sigo vendiendo mi trabajo, quiero relacionarme con ellos. Ser como ellos. Me miran recelosos. Quiero estar a nivel que ellos. He llegado allí. No saben quien demonios soy y además soy un joven realizador intentando abrirse camino. Siento en ellos una muestra a medio camino entre competitividad y incredulidad. El caso es que estoy allí, y de alguna manera me tienen que aceptar. Atolladero es la primera película de Oscar Aibar. Había tenido oportunidad de verla unas semanas antes en un preestreno para la prensa especializada. Era una de las películas más horribles que había visto en mi vida. Con la lucidez que da el alcohol se lo dije a aquel director. Alex de Iglesia, que acababa de darme su número lo coge otra vez y lo borra delante de mis narices. Mire el trozo de papel y me fui. Fuera esta Andrés Gertrudix, que me observaba con su ojos a lo Christopher Walken. Andrés me contó que en Estados Unidos, en una representación de un musical para su High School, cayo muerto. Su mirada lo refleja. Andrés se acerco a mi me dijo que me había estado escuchando y que no me preocupara. No estaba preocupado. Jacqueline no estaba allí. La música del apartamento no convencía a nadie. Ray Loriga y Cristina Rosenvigne se han ido. Una de las niñas pijas dice que no tienen más discos, que su selección no es muy allá. Miro los Cds y no me convence ninguno. Alguien introduce en mi boca una acido doble gota. Vamos otra vez por la Calle San Vicente Ferrer. Daniel Calpasoro habla de su próxima película que va ser puro cine. Se lo dice una y otra vez a Nawja que lo mira esperanzada. Nawja esta guapísima con guerrera de color verde que le da un aspecto alternativo. Entramos en la sala Maravillas. La sala esta abarrotada y suena un tema Blur llamado Park Life. La gente se mueve en rollo brit-pop, un mezcla entre lo movimientos entre Morrisey y Jarvis cocker. Se me acerca un crítico musical, llamado Gabriel Makondo, me ofrece una pastilla de extasis, llamada Tulipan verde. Uno meses después intentaría abusar de África en su coche. Recuerdo que no pude defenderla por que ella nunca quiso contármelo. Solo una amiga suya me comento algo. Nunca pude discernir bien que era realidad en la relación con. Años después me lo encontraría en el metro muy desmejorado diciendo que no habían publicado su libro por problemas políticos. Iba muy sucio y con el pelo muy grasiento. Su mirada estaba perdida. A partir de este momento todo se vuelve difuso. Me acerco a unos amigos de Andrés Gertrudix que me dan otro acido doble gota. Le digo que es imposible que me suba, que ya voy suficientemente cargado. Los amigos se rien, y me aseguran que algo hará. Durante toda la noche me miran como si fuera su experimento. Intento bailar. La gente desaparece de mí alrededor. Salgo de la sala y ando sin sentido por las calles de Malasaña. Caigo al suelo. Me incorporo, para después acostarme en un banco. Comienza a amanecer y siento taquicardia. Los pensamientos fluyen a gran velocidad, pero no me llevan a ningún sitio. El frío empieza a hacer mella en mi cuerpo. Veo un teléfono público. Llamo a África, ya que no estoy en condiciones de andar. Me dice que me espere allí. Nunca supe si el editor se había ido a dormir con ella. En aquel momento no tenía ninguna importancia para mí. Pero por alguna razón de mi subsconciente me muevo. No recuerdo el instante anterior. Estoy otra vez en la puerta del Maravillas. Oigo sonido dentro de la sala, aunque es de día, o creo escucharlo. Caigo al suelo. Mi mirada se congela. Miro fijamente a un punto durante no se cuanto tiempo. Doy espasmos en el suelo. Mi respiración se acelera. Noto un estallido blanco en mi cerebro. Me meo encima. Consigo levantarme y empiezo a llamar al timbre de la puerta de la sala. De la ventada del piso de arriba de la sala, se asoma Luis Maravillas, y con una sonrisa, que le da la costumbre de este tipo de situaciones, me dice que vaya. África da por fin conmigo y muy intranquila me recoge. Recuerdo como me agarre a sus piernas para ir subiendo poco a poco a su cadera y poder reincorporarme a duras penas. Solo era capaz de ver unas medias negras. Lo bien que le quedaban. Empiezo a llorar. La cara de África se escama y veo en ella a una serpiente con sus rasgos. La lengua de África es bifida. Áfríca me ira entristecida sin saber que hacer para ayudarme. Prosigo llorando a lágrima viva. África decide llevarme a la estación de Autobuses de Plaza Castilla para que coja un Bus en dirección a Tres Cantos. Supongo que en aquella situación no era buena idea acercarme a la casa de mis padres. Llego a Tres Cantos. Todo se hace gigante a mí alrededor. Veo un árbol de dimensiones enormes. Llego a casa, donde descubro que mi abuelita, esta levantada. La cabeza de mi abuelita es de proporciones inmensas. Ella se ríe al verme. Yo suelto una risa nerviosa ya que mi cerebro no puede procesar todo aquello. Ella se va divertida de la cocina. Mi sensación es de absoluto pánico ante lo que me esta pasando. Intento desayunar, ya que alguien me dijo que era la única manera de bajar los efectos de acido. Me meto en mi habitación bajo las persianas y no me duermo. Horas después, tras un sin fin de experiencias fuera de lo racional. Bajo a Madrid, para ver a Norka, un amigo pintor suprarealista, con alguna experiencia en chamanismo, que se estaba intentado follar a África, mediante una cama redonda con su pareja Alba. Estamos sentados en la Filmoteca Nacional tomando el un café y yo un zumo de naranja. Sigo bajo los efectos de acido pero en menor intensidad. Le pregunto si esta sensación se bajara alguna vez, ya que son demasiadas horas de high, su respuesta no me cerró mis dudas, pero si me sereno; César ese eres tú. Esa noche me grabe en video con una High 8. Años después alguien encontró la cinta. Eva se negó a comprarla por que no le parecía una información lo suficientemente relevante para mi público.



NOEND