domingo, 27 de febrero de 2011

Time code 00:00:20- Imágenes Efímeras



Miami 1999 Coral Gables

Encuentro una cinta roja VHS en mi habitación. Son imágenes fechadas una semana antes, grabadas en una pésima calidad debido a la iluminación. Una mujer, de unos 65 años en adelante, se desnuda dejando ver su cuerpo, unas viscosas ubres y una gran barriga llena de estrías. Posteriormente la veremos introduciéndose un consolador, para después orinar y cagar encima de la cama. A pesar de la falta de iluminación se puede intuir varios golpes en la cara. No recuerdo nada, ni siquiera por esta allí esa cinta.

Entro en un salón de billar en la zona de Hyahleia detrás de las instalaciones de TeleMundo 51. Después de jugar un par de partidas con un tipo que se denomina como el Torero, se acerca a mi Moises, alías gipsy, un director de fotografía cubano, para hablar sobre un proyecto de serie de documental que quiere rodar en España. Nos tomamos varios rones y decidimos ir a apostar en unas peleas de perros a la parte trasera de una casa. Una semana antes, le pido a mi padre que me haga una transferencia de dinero por Western Unions. Nunca llegaría la transferencia. Mi primo Mark abre un nuevo cine en la zona Nueva de Miami. Una gran cantidad de productores independientes, y gente afín a mundo espectáculo están allí. Un abogado comienza a soltar tarjetas. Nadie lo conoce. No sabemos por que esta allí. Tampoco nadie sabe como mi primo Sean financia dos salas de cine alternativo. Dinero familiar. Empiezo a tener respuestas de donde salió esa cinta roja y mi dinero. Las nauseas me hacen vomitar. La presentadora de los informativos TeleMundo 51 me guiña uno ojo en la fiesta. Ella esta casada con una celebridad del audiovisual cubano, el montador de Fresa y chocolate de Tomas Gutierrez Alea. A mí gusta su flequillo. Ella bloquea las puertas del coche con el cierre centralizado. Sentirme atrapado me excita. Ella consigue que dirija un especial sobre la Miss Carnaval Miami. Todo el mundo se entera de nuestra relación en Telemundo. Un caballero español en la corte del audiovisual cubano. Su marido me observa contrariado en la cantina. No tiene pruebas. Yo tampoco, puede ser que estuviera allí. Mi compañero un productor de Promocions, una mala pecora despechada, le envía un e-mail comentándole lo sucedido. En un blog sobre la experiencias de vividas por los pateros al salir de cuba, se describe como es violado repetidas veces por el patrón. Si no hay pruebas, no significa que no existiera. Una de las pretendientes a Miss Carnaval se acerca a mi para hablar sobre como veo el audiovisual en Miami. Terminamos la conversación sobre un master en animación 3D que imparten los Estudios Disney en Miami. Sufro un alucinación me la imagino con la cara Minnie, la novia de Mickey. Pienso que mi futuro no será muy distinto y se lo comento. En la sala edición del documental un mes en la vida Miss Carnaval Miami empiezo a sangrar por la nariz. En el espejo de los servicios no reconozco a nadie. No es mi imagen lo que veo. A la salida del cuarto de baño intento aparentar normalidad, pero noto como vuelve a caer la sangre. Poderosa, muy poderosa la cocaína. Una compañera me mira asustado. Follamos en la cabinas de edición, en el plato del telediario y el muy capullo no tenía pruebas. Lo estimulante era pensar que lo estaban retransmitiendo en directo. Creo que es lo me atraía. Una gran profesional de la comunicación recibiendo embestidas de mi polla mientras un gran número de recatados conservadores espectadores lo disfrutaban en prime time. Ese flequillo vuelve una y otra vez a la misma posición. Siempre perfecto a ritmo de la música de la cortinilla de inicio del noticiero. Curiosamente el Share de audiencia de la cadena subió en aquella época, mientras nos dejábamos ver en el LIQUID de Miami Beach. Soy un Starfucker de pleno derecho. No tenías pruebas. Yo tampoco. Ese fue tu error. Querer y tener pruebas. Otra roja cinta te llego. Esa era la clase de imágenes que necesitabas. Ahora estoy trabajando con material mas duro. ¿Cual fue tu sensación? Tu mujer sin iluminación en un formato de ínfima calidad, en vez de verla cada mañana al frente de los noticieros, fuerte y rápida, mostrando la mejor imagen personal posible. Aún sabiendo que la información no estaba contrastada ella leyó la información. Eso fue quizás lo que te dolió. Un vagabundo negro me dispara a la salida de un ATM en Downtown de Miami. No consigue darme. Otra cinta roja te llego. Esta vez no recuerdas el rostro de la mujer, pero si la sensación de saber exactamente a quien va dirigida. Antes de empezar la grabación ella me habla de sus inicios en los medios de comunicación. Su lucha para establecerse como presentadora hispana en un mundo completamente norteamericano. Me enternecen sus grandes tetas blancas lechosas. Aún así grabo. Lo que me pregunto es que te dolió más ver. Sólo entonces me dejaste en paz. Mi memoria se hace cada vez más grande. Tengo derecho a que se elimine esa información. Grabado con efecto Nightshoot. Las pupilas desparecen en el color verde de la textura y escuchas como ella ronroneaba y suelta pequeños gemidos de dolor. Viste aquella cinta. Te llego el enlace y lo pudiste visionar en tu ordenador. Era información real que tuviste que pagar por mí. Es real no solo cuando tu mujer quien es la protagonista. Me hubiera gustado sentir como reaccionaste. ¿Te dio miedo ver que no era el único rostro el que llevaba tu nombre? A mí si por qué nunca había estado allí. Fue tu mujer quien me enseño esa primera cinta roja. La que yo había grabado por necesidad. Ahora lo recuerdo y tú fuiste quien organizaste la primera grabación, lo que no sabías es que era yo quien distribuía el material a un precio más competitivo. La noche de las Elecciones que perdió Al Gore en Florida miraba TeleMundo 51, como no sabía si la información era real fui a echarme una foto en un colegio electoral con un papeleta sin saber aquello era delito. Me fije en la presentadora y en sus ojos vi que todo aquello se desmoronaba. Primero fue una foto al televisor, luego a lo que me rodeaba. Lo que no sabía es que una vez dentro de su cuerpo solo obtendría placer sabiendo que nada de aquello era cierto. Su mundo, mi mundo era solo una cifra más, que dependiendo de que óptica lo estuvieras viendo podría ser otro robo a la realidad. Darle aquellos golpes, ver su piel envejecida, y sentir que no era ella quien decía aquellas informaciones me excitaba. No grabe más que esas dos cintas rojas VHS. Su precio de mercado incalculable. Lo hice por dinero, y esa fuente de financiación me dio la visión justa para sobrevivir en un lugar construido a la medida de tu valor económico. No se borraría jamás la lección. La segunda cinta roja, esa es la que no logro recordar por que grabe. Esa fue la que te asusto, quizás por que sabías que aquello era una revelación, algo más allá de ese férreo código de vuestro sistema social. A mí no, lo hacíamos, por que podíamos y lo que te congelo fue tener esa sensación de poder. Dave, un hombre que ya estaba muerto, grabo durante tres meses a un menor enfermo de SIDA hasta el día de su fallecimiento. El valor de aquellas imágenes es que nadie sería capaz de emitirlas. Mi último trabajo para TeleMundo 51 fue un spot cuyo claim decía así: Tenemos el deber de recordarle que nadie ha sido currado de SIDA, así como de la estupidez humana. En imagen veíamos; una gran bandera americana que ondeaba sin color mientras un grupo de policías disolvía a golpes a unos manifestantes en las revueltas del niño balsero Elian Rodríguez. Gracias a ella, la gran presentadora de Telemundo 51 pude emitirlo, aunque para los dos simplemente era otro espejo. Nadie fue detenido, simplemente ella dejo de distribuir mi trabajo y el siguió montado otra realidad que no era aquel Miami que vivía. Una búsqueda en google es 0,00001 kilowatios. El nivel de interrelaciones de del hipertexto llamado Eva podría iluminar a la ciudad de Murcia durante un año. Eva borro todos los archivos de memoria relacionados con este evento.


NOEND



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